Se desnuda la luna
casi al amanecer…
casi al amanecer…
Se baña río abajo,
refrescando su piel…
refrescando su piel…
Se engalana y perfuma;
esperándole a él…
esperándole a él…
Aunque su cuerpo arda
y su boca se agite
Pronunciando su nombre
mil veces por doquier…
Así, día tras día:
la luna sigue fiel
Ahí va la luna loca...
Murmuran las estrellas
Murmuran las estrellas
¿Quién la puede querer...?
Su casa está vacía,
su corazón es hierro
su corazón es hierro
Ni los hijos que tuvo
acuden a su encuentro
acuden a su encuentro
Su alma ya no habita
en ese viejo cuerpo
en ese viejo cuerpo
Sólo una desalmada
merece tal infierno
merece tal infierno
La luna oye y calla,
mordiéndose la lengua:
mordiéndose la lengua:
De sus amores rotos,
de sus sueños en vela…
de sus sueños en vela…
¿Qué sabrán las estrellas?
Carmen Martínez Sanmartín
09/03/11
1 comentario:
Hola Carmen, triste poema de desencuentro que rezuma dolor en cada estrofa. A veces es conveniente abrir el corazón para que salga esa tensión que le atenaza y pueda recibir aire fresco cargado con sentimientos de amistad de personas que estén próximas, y lejanas otras, pero que te acompañamos pese a esa distancia física.
Un abrazo y besos.
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