LO QUE EL BANCO SE LLEVÓ...

LO QUÉ EL BANCO DE LLEVÓ…

Hoy he ido a una entidad bancaria dando un paseo, sin paraguas, a pesar de la llovizna incesante. Me gusta caminar bajo la lluvia protegido el cuerpo bajo un impermeable pero dejando al descubierto pelo y rostro. Es como una regeneración física y psicológica… Cuándo llegué al banco estaban a punto de cerrar y apenas había clientes. El hombre de la ventanilla  siempre está con gesto huraño y hoy también por no variar, o por qué llovía, que se yo…

Me miró de abajo arriba sin decir palabra. Me saqué el impermeable, eché el pelo empapado hacia atrás y me sequé la cara con un pañuelo. – Buenos días- dije sonriendo. –Buenos días- masculló él. -¿Le importaría sonreír un poco?- dije con cierta sorna. -   ¿…?   -Verá he venido andando hasta aquí bajo la lluvia y me agradaría ser recibida con una cara amable-  El hombre estaba perplejo ante lo que veía y oía. Leí su pensamiento, es algo que me ocurre con cierta frecuencia. -¿“De qué manicomio habrá escapado esta mujer”? Estaba incómodo y no paraba de parpadear y moverse en la silla…

    -…Es que llevo aquí desde las ocho de la mañana y estoy un poco cansado- dijo como disculpándose.

-Verá, yo también trabajo de cara al público y se que hay días que uno no tiene el cuerpo para risas. Pero los profesionales, como Vd.y yo, nos distinguimos de los que no lo son, precisamente por el simple gesto de sonreír y saludar amablemente a la persona que entra por la puerta. ¿No cree?-

No tengo palabras para describir el gesto del hombre, creo que estaba a punto de llamar al 112…

Atinó a decirme: -Póngase el impermeable, la va a coger el frío…-

-No se preocupe aquí hay una buena temperatura, pero le agradezco el detalle…-

-Hagamos una prueba, salgo y vuelvo a entrar y Vd. me saluda y sonríe sólo un poquito. Ya se que está cansado. ¿Le parece bien?-   Mutis por el foro…

Doy la vuelta para salir y veo a la directora y subdirector en la puerta de sus respectivos despachos con una expresión de no expresión… No se si me explico…

Entro de nuevo, (aquello parecía de cámara oculta) Me aproximo al mostrador y el hombre con una sonrisa de TBEO (Mortadelo y Filemón)  mostrando los dientes a regañadientes, no es una redundancia, es tal cual. -¡Buenos días señora! ¿En qué la puedo atender?-     -¡¡Genial, muchas gracias. Hasta parece Vd. más guapo!!-Comprendo que, posiblemente tenga muy buenas razones para estar siempre con cara de pocos amigos: Tal vez su jefe no le pague lo que se merece. Quizá su formación supere con creces el trabajo que le han designado dentro de la empresa, o simplemente padezca una  úlcera de estómago, qué se yo… Lo qué se, es que su jefe en este trimestre ha ganado, mejor dicho robado, legalmente más de lo qué ganaremos Vd, sus compañeros de oficina y yo durante toda la vida trabajando honradamente.-

-Su jefe quiere que tenga mil quinientos euros en la cuenta para evitar que me robe treinta euros al semestre por administrar mi dinero, además me cobra una comisión cada vez que retiro mi dinero de un cajero, además…, además tengo que sufrir su careto cada vez que vengo aquí. Por tanto, dígale a su jefe, de mi parte, qué a partir de ahora guardaré mis trescientos euros en el colchón de mi cama. Prefiero que me los robe un raterillo de tres al cuarto, al que podré denunciar en una comisaría de policía, no recuperaré el dinero, pero sí la dignidad, algo que no puedo hacer con el ladrón de su jefe.  Por tanto vengo a cancelar la cuenta que tengo en esta entidad… ¡Y a pesar de todo, sonrío: Me comprende?-   -¿…?  -No la estaba escuchando, perdone-

¡A DIOS PONGO POR TESTIGO QUÉ ESTO ME OCURRIÓ EN UNA ENTIDAD BANCARIA! 

Carmen Martínez Sanmartín